Alcazareños por el mundo

ALCAZAREÑOS POR EL MUNDO

13/01/2022
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¡Nuevo capítulo de nuestra nueva sección! Cuyo objetivo es dar visibilidad, a los jugadores y jugadoras formados en la cantera del CD Alcázar que continuan disfrutando del baloncesto en diferentes partes del mundo. Comenzamos el año... ¡viajando hasta Madrid! Donde nos hemos reencontrado con Paula Villalonga, que disfruta de su cuarto curso (y cuarta temporada) en la capital de España. Allí, nos cuenta, estudia Ciencias de la Actividad Física y Salud al tiempo que continúa dejando destellos de su (enorme) talento en el 1ª Autonómica del Club Olímpico 64.

Echando la vista (no muy) atrás, ¿qué recuerdos tienes de tus años en el CD Alcázar?

Son muchísimos los recuerdos que tengo del club: desde varios Campeonatos de Baleares y alguno de España, pasando por viajes en coche a las 8 de la mañana dirección Ciudadela para jugar contra el CB Boscos, hasta sesiones matutinas de entrenamiento específico (en cancha entera) en un día festivo. ¡Eran los que más me gustaban! Pero me veo obligada a destacar mi primer año como alcazareña.

Empecé en el CD Alcázar siendo benjamín de primer año (2011), apenas llevaba tres temporadas jugando a baloncesto. Recuerdo a José Luis Alonso y a Andrea Pons en mi primer entrenamiento de prueba en las pistas exteriores. Todavía puedo sentir ese batiburrillo de emociones cuando me dijeron que iba a jugar con las chicas ¡de un año más! El 'Mini A': Laia Riudavets, Andrea Rotger, Marga Seguí, Gràcia Riudavets, Inés Melgar… personas, que ahora son (muy) importantes en mi vida. Lo recuerdo como un año ¡muy muy duro! Pero de los más felices de mi vida. Albert del Rey nos metía mucha caña, pero conseguimos ser Campeonas de Baleares por primera vez, en casa y rodeados de nuestras familias. Fue un año muy especial. Inolvidable.

¿Con qué te quedas de todo lo aprendido (dentro y fuera de la cancha) aquellos años?

La primera palabra que me viene a la mente al pensar en CD Alcázar es “FAMILIA”. Me quedo con las personas que forman el club: entrenadores, compañeras de equipo, padres y madres, personal de mantenimiento (en especial Paco Caymaris, que siempre tenía algo simpático que decirnos en cuanto nos veía bajar las escaleras hacia el vestuario).

Sin exagerar, durante mi etapa de formación, pasé casi más tiempo en el pabellón que en mi casa, ya sea entrenando o viendo partidos de otros equipos. El grupo humano que formábamos el club pasábamos mucho tiempo juntos. Por eso puedo decir (con seguridad) que el CD Alcázar no sólo me formó deportivamente hablando, sino también como persona. El club me inculcó una serie de valores deportivos y humanos sobre los cuales estaré eternamente agradecida.

¿Cuánto te ha ayudado todo eso a adaptarte a una ciudad/realidad como la de Madrid?

Es difícil adaptarse a una ciudad tan diferente a Menorca, pero ha habido muchas cosas que me han ayudado. Hablando de baloncesto, una gran diferencia que he visto es el trabajo de técnica individual. En Menorca se le da mucha más importancia a ese aspecto, algo que he agradecido y agradezco enormemente. Desde el primer año en el Club Deportivo Alcázar hasta el último he tenido la oportunidad de mejorar mi técnica individual, sin duda un factor diferenciador que, en parte, me ha facilitado el poder jugar en la categoría más alta de Madrid.

Y dentro de la cancha, ¿también ha sido apasionante el cambio?

Cuando llegué a Madrid me costó mucho (y me sigue costando) adaptarme al baloncesto de aquí. No me refiero solamente a la forma de jugar, que también cambia, sino al sistema de competición de la Comunidad. Me explico. En Menorca nos enfrentábamos cada año a los mismos equipos y a las mismas jugadoras; ya sabíamos por ejemplo cómo jugaba el CB Jovent o el Bàsquet Ferreries, y qué jugadoras formaban cada equipo. En Madrid te llevas una "sorpresa" cada fin de semana, y también cada temporada, puesto que las jugadoras se van moviendo de un equipo a otro, de una categoría a otra, y llegan nuevas. Personalmente se me hizo muy difícil esa transición, pero debo reconocer que es mucho más divertido tener la oportunidad de competir con gente de (¡mucho!) nivel domingo tras domingo.

También hay similitudes entre Madrid y Menorca. He tenido la suerte de formar parte de dos clubs/equipos que me han acogido estupendamente, y de coincidir con entrenadores que han mantenido el nivel de exigencia que tenemos en CD Alcázar. Más que suerte, debería dar las gracias a mi último entrenador en Menorca, Jorge Acero, quien (en su momento) me ayudó a encontrar mi sitio en una ciudad tan grande.

Jugué con Baloncesto Recuerdo mi primer año y no podría haber tenido una mejor acogida en Madrid. De allí me llevo a personas muy importantes con las que sigo en contacto actualmente; nunca olvidaré mi primer club en Madrid. Los tres años siguientes, incluida esta temporada, he estado en el Club Olímpico 64, un club que me resulta muy similar al CD Alcázar. Las personas que lo forman son muy cercanas, familiares, te hacen sentir como en casa, y (además) ofrece(n) baloncesto de buen nivel. Poder jugar en el primer equipo del club es un privilegio. Lo bueno de O64 es que te hacen sentir cómoda tanto dentro como fuera de la pista: nunca faltan dinámicas divertidas de equipo, ni los post-entreno de cada viernes. Ha sido el "sustituto perfecto" del CD Alcázar en Madrid.

¿Cómo es un día en la vida de Paula Villalonga cuando no está entrenando/jugando?

Estoy estudiando el Grado de Ciencias de la Actividad Física y Salud en la Universidad de Alcalá de Henares, eso junto con el baloncesto ocupan gran parte el tiempo de mi día a día.

Además, el tiempo en Madrid se vuelve relativo. Tardo una hora en llegar a la universidad, puesto que vivo al lado del Retiro (en el centro de Madrid) y debo ir hasta Alcalá. Por otro lado, tardo 50 minutos en llegar al entrenamiento. Muchas veces salgo de casa a las 7 de la mañana y llego a las 12 de la noche. Pero te terminas acostumbrando al ritmo de vida tan alto que exige la ciudad. De este modo, he aprendido a valorar mucho más la paz y tranquilidad que se respira la isla. Es como tener "dos vidas" distintas.

Madrid es una ciudad dónde puedes hacer lo que quieras, cuando quieras. Madrid nunca duerme, hay gente por la calle a todas horas y eso me encanta. Aprovecho cualquier momento para pasear por sus calles, tomarme algo en cualquier terraza al sol, ir conociendo rincones nuevos... Además, tengo una lista enorme de restaurantes y bares que quiero probar antes de irme (¡si es que algún día me voy de Madrid!), pero... de momento, me quedo.

Nuestro objetivo es sumar todas vuestras curiosidades/historias/trayectorias. Si eres ex-jugador del CD Alcázar, y estás interesado en hacernos llegar tus estadísticas, tus fotos, etc., escríbenos un WApp al 639835601, o un correo electrónico a info@esencialproyectos.com.

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